sábado, 14 de marzo de 2009
Vivo sin vivir en mí. Santa Teresa de Avila
Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.
Vivo ya fuera de mí,
después que muero de amor;
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí:
cuando el corazón le di
puso en él este letrero,
que muero porque no muero.
Esta divina prisión,
del amor en que yo vivo,
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.
¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.
¡Ay, qué vida tan amarga
do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga:
quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.
Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque muriendo el vivir
me asegura mi esperanza;
muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.
Mira que el amor es fuerte;
vida, no me seas molesta,
mira que sólo me resta,
para ganarte perderte.
Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero
que muero porque no muero.
Aquella vida de arriba,
que es la vida verdadera,
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva:
muerte, no me seas esquiva;
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.
Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios que vive en mí,
si no es el perderte a ti,
para merecer ganarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.
Sabta Teresa de Avila
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Estimado padre Fabian, leyendo estos versos de Santa Teresa me viene a la memoria una pregunta que siempre tuve y que nunca llegué a realizar: ¿El poema es en todo su conjunto una metáfora? Imagino que sí. La pregunta se formula en base a lo siguiente: Si ello fuese literalmente el pensamiento de Santa Teresa sería muy triste desear morir: "...muero porque no muero..." Y ello me llevaría a imaginar una vida cargada de un intenso dolor y sufrimiento. Yo no creo que pudiese desearlo, amo demasiado la vida. Es curioso, un poema de infancia me hace reflexionar en la madurez, un saludo padre Fabian.
ResponderEliminarEs una experiencia mística de la Santa. Una honda experiencia mística. No se trata de que aborrezca la vida o el mundo, sino del inmenso deseo de estar con Dios sin velos. Es como esperar la llegada de alguien que se ama mucho y que esta lejos y que se sabe llegará. "Que muero porque no muero" es una expresión metáforica, claro, del gran amor a Dios que la mueve... amor mñas grande aún que el amor a la propia vida. Gracias por el comentario y por visitar el blog
ResponderEliminarEstimado padre Fabián, a mí también me ha conmovido mucho este poema, más porque alguien a quien quiero mucho me lo ha dedicado, pero existe en mi vida una dicotomía, quiero dedicar mi vida a Jesús, siento su llamado, pero algo me ata.
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