Todo brota de la EUCARISTIA, y hemos tenido la gracia de experimentarlo en el retiro del 27 y 28 de septiembre en Bella Vista.
Porque el UNICO protagonista del retiro fue JESUS EUCARISTIA. Ni el silencio, ni las meditaciones personales, ni el grupo, ni las charlas... SOLO JESUS EUCARISTIA...
Retiro de adoración permanente, día y noche, donde cada uno aportaba lo que poco que podía, sus cinco panes y dos peces... Y Dios saciaba el hambre de todos...
Fue, en definitiva, un encuentro cara a cara con Jesús.
Transcribo aquí un testimonio de uno de los participantes del retiro"Qué haría si tuviera 1000 vidas. Qué vida elegiría, o qué elegiría para cada una de ellas.
Y llegué a la conclusión de que, si pudiera elegír, lo que no quisiera que faltara en ninguna... lo que elegiría para TODAS y cada una sería:
A Dios. A mi Fe. Porque sin Él no sería vida.
A mi familia. Porque la eligió Dios para mí, y en ella aprendí a amar, a perdonar, etc, y aprendi mi Fe.
A mis amigos. Por ellos daría mi vida. Los amo, y los elegí. De ellos aprendí y recibí muchísimo.
Los dones que Dios me dió. Sobre todo el de la alegría.
Mis virtudes y mis defectos. A todos los querría, porque tanto unos como otros me acercan a Dios, por distintos caminos...
Y si tuviera que elegir de entre los momentos de mi vida, para vivir 1000 vidas más, elegiría las horas junto a Jesús en el Sagrario. Elegiría todas las misas, y cada comunión.
Elegiría todas mis buenas acciones, y cada oportunidad en la que dí gloria a Dios.
Elegiría todos los momentos en los que acepté el dolor y cargué mi cruz; sin ellos no sería nada.
Elegiría todos los momentos en los que fui humillado, porque eso me unió a Jesús.
Elegiría todos los momentos en los que dí amor. Y todos aquellos en los que fuí amado. Eso me hizo feliz.
Elegiría todas las veces que fuí a confesarme y la misericordia de Dios descendió sobre mí.
Elegiría todos los momentos de oración. Todas las canciones que le canté a Jesús.
Elegiría la paz que da la verdad. Elegiría elegir lo que Dios quiere.
En fin. Elegiría la vida que Él eligió para mí, y todas las personas que hay en ella. Con todos sus momentos. Con todo lo que me hace reír y llorar. Con lo que me alegra y con lo que me hace sufrir. Elijo lo que me sale, y lo que me cuesta. Elijo ser un pecador, y renunciar al pecado. Renunciar al pecado, y resignarme a ser un pecador. Porque aprendí que no es contradictorio vivir en Cristo, y estar sometido a la ley del pecado.
Así lo quiere Dios, así lo quiero yo..."