Nuestra Señora del Santísimo Sacramento,
13-5-1994
Querido padre Tomás:
De acuerdo con nuestro amigo, Ging Roxas, la corona de gloria de Nuestra Señora será el reinado Eucarístico de su Hijo. Sabes que Ging es experto en este Libro Azul y el promotor principal de “A los sacerdotes hijos predilectos de la Santísima Virgen”. Dice que los mensajes se centran en el reinado Eucarístico de Jesús y que están de acuerdo con todas las apariciones marianas aprobadas por la Iglesia.
El triunfo del Corazón Inmaculado de María será el reinado Eucarístico de su Hijo, mediante una floreciente adoración perpetua que traerá un segundo, un nuevo y más glorioso paraíso terrenal.
Por eso Dios permitió que el Santo Padre fuera herido el 13 de mayo, fiesta de Nuestra Señora del Santísimo Sacramento. El Papa es el Vicario de Cristo. El hecho de que fuera herido en esa fiesta, ilustra el horror y la maldad de los encarnizados ataques al Santísimo Sacramento.
El mundo se conmovió cuando el Papa fue atacado. Aunque fue una escena trágica y dolorosa ver al Santo Padre caer baleado, peor aún son los ataques contra Aquel a quien sirve, el mismísimo Señor en el Santísimo Sacramento.
Alguna de las injurias más comunes son: negación de la presencia real, dejar de lado la exposición del Santísimo y atacar la adoración perpetua. Lee el Apocalipsis y la línea de batalla se ve claramente perfilada cuando entiendes que la “mujer” es María en contra del “dragón”, Satanás, luchando contra el “Cordero”, Jesús, en el Santísimo Sacramento.
¿Quiénes son los “reyes” que “harán la guerra al Cordero”? Son los que tienen autoridad en la Iglesia y no aceptan la adoración al Santísimo Sacramento. “Pero el Cordero, como es Señor de señores y Rey de reyes, los vencerá en unión con los suyos, los llamados y elegidos y fieles” (Ap. 17,14).
Hay sólo una guerra por la que vale la pena luchar. “¡Defender hoy a Cristo en el Santísimo Sacramento, es como defenderlo cuando estaba en la Cruz!”, dijo Larry Villone.
El cardenal Vidal de Cebú dice que si hacemos sólo lo que es común, podemos esperar sólo bendiciones normales de Dios. Pero como vivimos tiempos extraordinarios, debemos estar dispuestos a hacer cosas extraordinarias como tener adoración perpetua para esperar y recibir lo que hoy más necesitamos: gracias y bendiciones extraordinarias. El cardenal Vidal está trabajando para que en cada una de sus parroquias haya adoración perpetua.
Mi gran alegría como vicario general de la Arquidiócesis de Manila es que el cardenal Sin (Arzobispo de Manila), la convirtió en la diócesis más Eucarística del mundo, con más de 100 capillas de adoración perpetua. Esto es un honor para el clero por su gran amor al Santísimo Sacramento.
El milagro del sol es significativo. Setenta mil personas lo presenciaron el 13 de mayo de 1917. Llovía muchísimo. Una señal de lágrimas, copiosas lágrimas por la falta de conciencia del hombre. El barro estaba en todas partes, como la corrupción de hoy. Entonces el sol empezó a girar con un intenso resplandor de distintos colores que caía sobre la tierra. Esto presagia la gloria venidera del Santísimo Sacramento. La lluvia termina, el barro desaparece y todo queda resplandeciente.
Setenta mil personas fueron testigos de éste acontecimiento, mientras que el mundo entero está todavía por ver lo predicho:
“Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron… Y oí una fuerte voz que decía desde el trono: Esta es la Morada de Dios con los hombres... Y enjugará toda lágrima de sus ojos y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos, ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado” (Ap 21, 5).
Fraternalmente tuyo en su Amor Eucarístico, Mons. Pepe.
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