Memoria de San Juan María Vianney,
4 de agosto de 1993.
Querido padre Tomás:
¿Te acuerdas de Jorge, ese joven amigo mío que encontramos en la Iglesia de Binondo? Me comentó que le gustaría ingresar al seminario y ordenarse sacerdote pero que el único problema que tenía era que no se creía capaz de memorizar una homilía ni poder predicar mucho. Después de pensarlo, le contesté que no consideraba que eso fuera un problema.
El sacerdote más grande que jamás haya vivido decía la misma homilía todos los días, una y otra vez, eran sólo dos líneas. San Juan María Vianney predicaba lo mismo cada domingo: "Si sólo supieras cuanto Jesús te ama en el Santísimo Sacramento, te morirías de felicidad". Después señalando hacia el Sagrario, agregaba "JESUS ESTA REALMENTE AHI".
La gente venía de todas partes de Francia para oírlo hablar y todos los domingo repetía lo mismo. Al tomar conciencia del amor y la presencia de Jesús en el Santísimo Sacramento, se conmovía tan intensamente, hasta lo más profundo de su alma, que al señalar el Sagrario para mostrarle a la gente que Jesús estaba realmente ahí, lloraba de alegría. Pasaba largas horas día y noche rezando ante el Santísimo Sacramento, como también muchas horas en el confesionario. San Juan María Vianney, el santo cura de Ars, fue proclamado por la Iglesia modelo y patrono de todos los sacerdotes.
Otro Sacerdote famoso que vivió en la misma época, fue el padre Lacordaire. Este sacerdote fue el predicador más elocuente de su tiempo. Cuando predicaba en la Iglesia de Notre Dame de Paris, el rey y la reina iban a oírlo y la Catedral se llenaba.
Un día alguien le preguntó si sentía gran satisfacción por ser un predicador tan popular pero contestó que no, porque cuando él hablaba la gente decía cuán hábil e inteligente era. Pero, cuando Juan María Vianney hablaba, todos decían “qué bueno es Jesús”
¡Qué complicada es la naturaleza humana, querido Tomás! Tratamos de impresionar a todos con nuestra inteligencia, teologizando todo. Tanto, que a la gente le resulta difícil entender lo que tratamos de decir. Lo que realmente debemos hacer es decir cuán bondadoso es Jesús en el Santísimo Sacramento. Le aconsejo a Jorge que todo lo que tiene que hacer como sacerdote es repetir las dos líneas de San Juan María Vianney y así también será canonizado.
Fraternalmente tuyo en Su Amor Eucarístico. Mons. Pepe
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