miércoles, 30 de abril de 2008

Nacer de nuevo


Jesús y Nicodemo, dos hombres que se buscaron y se encontraron. El Señor nos invita también a nosotros a nacer de nuevo.

Se puede tener todo, saber muchas cosas, pero quien busca la paz siempre está necesitado de Dios. Y esto es lo más importante: darnos cuenta que tenemos necesidad de un cambio profundo en nuestras vidas. Jesús invita a “nacer de lo alto”, una realidad que nos va a inundar totalmente y nos dará la experiencia de ser hombres nuevos, como no lo hemos sido hasta ahora. Esta es una promesa de Dios, y si al principio no entendemos como será posible, estemos en paz, la Virgen también preguntó “¿cómo puede ser esto?”

Dios va a hacer algo muy concreto, muy personal en tu vida. Es natural que al principio esa cercanía con la Palabra de Dios produzca choque, temor, resistencias… por eso Dios suele preceder todo lo que dice con un suave y dulce “no temas” “no tengas miedo...

¿Nacer de nuevo es corregir los errores de mi vida? No
¿Es acaso mejorar las cosas malas de mi pasado? Tampoco…
Lo que nace de la carne es carne y aquí se trata de nacer a algo profundamente nuevo, a una nueva realidad que va a ser algo tan fuerte que incluso todo el pasado quedará envuelto en esa cambio y será comprendido desde este nuevo ser que seremos… Todas las gracias que recibamos alcanzarán incluso al pasado, todo nuestro pasado. Porque lo antiguo desaparece y un nuevo ser se hace presente. Eso es nacer de nuevo.

Sólo Dios puede hacer este nuevo nacimiento en nosotros porque ya no será de la carne, sino del Espíritu de Dios. Y este nacimiento tiene que comenzar por abrir el corazón y dejar a Dios hacer su obra… Es que nosotros tenemos un espíritu personal en el fondo de nuestro ser, y ese espíritu es esencialmente “amigo” del Espíritu de Dios… Más allá de todo, de mi conciencia, de mis debilidades, de los ruidos, mi propio espíritu y el Espíritu de Dios se están llamando, y buscando y deseando con fuerza el uno al otro…

Sólo Dios puede hacerme nacer de nuevo. Y entonces ¿qué debo hacer yo? Sólo tres cosas: PEDIR, CREER Y ESPERAR… De eso se trata. Pedir nacer de nuevo, creer que eso es posible y esperar confiado que Dios la haga…

Sólo me queda entonces pedir, creer y esperar…

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