"El pasaje de la Carta de san Pablo a los Efesios que acabamos de escuchar (4, 1-16) es uno de los grandes textos eclesiales del Nuevo Testamento. Comienza con la autopresentación del autor: «Yo Pablo, prisionero por el Señor» (v. 1). La palabra griega desmios dice «encadenado»: Pablo, como un criminal, está entre cadenas, encadenado por Cristo y así comienza en la comunión con la pasión de Cristo. Este es el primer elemento de la autopresentación: él habla encadenado, habla en la comunión de la pasión de Cristo y así está en comunión también con la resurrección de Cristo, con su nueva vida. También nosotros, cuando hablamos, debemos hacerlo en comunión con su pasión, aceptando nuestras pasiones, nuestros sufrimientos y pruebas, en este sentido: son precisamente pruebas de la presencia de Cristo, de que él está con nosotros y de que, en la comunión con su pasión, vamos hacia la novedad de la vida, hacia la resurrección. Así pues, «encadenado» es en primer lugar una palabra de la teología de la cruz, de la comunión necesaria de todo evangelizador, de todo pastor con el Pastor supremo, que nos ha redimido «entregándose», sufriendo por nosotros. El amor es sufrimiento, es entregarse, es perderse, y precisamente de este modo es fecundo. Pero así, en el elemento exterior de las cadenas, de la falta de libertad, aparece y se refleja otro aspecto: la verdadera cadena que ata a Pablo a Cristo es la cadena del amor. «Encadenado por amor»: un amor que da libertad, un amor que lo capacita para hacer presente el mensaje de Cristo y a Cristo mismo. Y también para todos nosotros esta debería ser la última cadena que nos libera, unidos con la cadena del amor a Cristo. Así encontramos la libertad y el verdadero camino de la vida, y, con el amor de Cristo, podemos guiar también a los hombres que nos han sido encomendados a este amor, que es la alegría, la libertad."
Fragmento de la LECTIO DIVINA dada por el Papa Benedicto XVI en "Encuentro del Santo Padre con el clero de Roma por el inicio de la Cuaresma" En el aula Pablo VI, el jueves 23 de febrero de 2012
sábado, 31 de marzo de 2012
"Encadenado por amor" Meditación del Papa Benedicto XVI
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