jueves, 3 de abril de 2008
Frases sobra la oración III
- La oración es ponerse en la pobreza de no sentirse nada, de no creerse nada, de no entender nada. La pobreza de dejar que Dios vaya limando nuestras asperezas y purificando nuestra debilidad. La pobreza es dejar hacer a Dios, corriendo el riesgo del fracaso aparente, del ridículo, del dolor...
- Ser pobre es dejarse hacer por Dios.
- El despojo es el camino para la libertad. Sólo se puede ser libre si se busca la alegría de no sentirse ni creerse nada. Sólo en esta libertad podemos ser de veras de Dios.
- La cruz del anonadamiento, el sufrimiento de darse. No hay mayor amor que dar la vida.
- Y un signo de que estás dando vida es el sufrimiento. Es el signo inequívoco. Recordá las palabras de Mamá Margarita a su hijo Juan Bosco el día de su ordenación sacerdotal: “comienzas a celebrar misa, prepárate a sufrir...”
- El sufrimiento nos hace pobres y nos agranda el corazón, nos dispone a ser padres en serio. “Si el grano de trigo que cae en tierra no muere...”
- Si cae en tierra y muere da mucho fruto. Pero morir es dolor. Rezar es también pasar por el dolor y no guardar rencores ni resentimientos.
- Rezar es esencialmente dar, mejor aún, darse. Es inmolarse en el altar de la propia existencia y ofrecer al Padre la garantía de nuestra redención: su Hijo. Y la santidad es esencialmente la donación de sí mismo. El sacerdocio es lo mismo...
- El sacerdocio es también ponerse en el rebaño del Buen Pastor y dejarse conducir por su voz misteriosa. Dejarse hacer...
- En todo siempre estará esta dinámica de la entrega: la euforia de poder ofrecerse, el dolor de que la ofrenda sea tomada y la serena dicha de saberse instrumento en Cristo, de saberse Cristo de nuevo.
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