martes, 6 de abril de 2010
La Verdadera Alegría...
La “Verdadera alegría” según San Francisco de Asís
La tradición y sabiduría de San Francisco de Asís nos invita desde hace ocho siglos a encontrar la “alegría perfecta.”
El mismo hermano León (discípulo y confidente de San Francisco) refirió allí mismo que cierto día el bienaventurado Francisco, en Santa María, llamó a fray León y le dijo:
- «Hermano León, escribe». El cual respondió:
- «Heme aquí preparado».
- «Escribe –dijo– cuál es la verdadera alegría. Viene un mensajero y dice que todos los maestros de París han ingresado en la Orden Franciscana; escribe: No está allí la verdadera alegría.
Y que también, todos los prelados del mundo, arzobispos y obispos; y también, el rey de Francia y el rey de Inglaterra han entrado a nuestra Orden; escribe: No está allí la verdadera alegría.
También, que mis frailes se fueron a los infieles y los convirtieron a todos a la fe; y que además tengo tanta gracia de Dios que sano a los enfermos y hago muchos milagros: Te digo que en todas estas cosas no está la verdadera alegría.
- Pero entonces... ¿cuál es la verdadera alegría?
- Regreso de Perusa y llego aquí muy de noche y es invierno, con barro y mucho frío, hasta el punto que el agua congelada en el borde de la túnica me golpea las piernas y sangran las heridas. Y lleno de barro, con el frío y el hielo, llego a la puerta y, después de mucho aporrear y llamar, viene el fraile y pregunta: ¿Quién es? Yo respondo: Fray Francisco. Y él dice: "Vete, éstas no son horas de llegar. No entrarás aquí". Y al insistir de nuevo responde: "Vete, eres un simple y un ignorante; de ningún modo vendrás con nosotros; somos tantos y tales que no te necesitamos". Y yo sigo aún en la puerta y digo: "Por el amor de Dios, hospédenme esta noche". Y él responde: "No lo haré. Ve al lugar de los Crucíferos (al hospital) y pide allí".
Yo te digo que si en todo esto conservo la paciencia y no me molesto, y sigo en paz... esa es la verdadera alegría y la verdadera virtud y salvación del alma.
San Francisco de Asís, Espejo de perfección 95.
Que lindo Padre, grande verdad, gracias por subirlo a su blog y alimentarnos las almas.
ResponderEliminarAsí es como Jesucristo resucita en nuestras vidas, haciéndonos un verdadero transplante de corazón y transformando nuestra naturaleza pecadora en obra de santidad, porque si el Espíritu Santo no estuviera en el corazón de Francisco, jamás hubiera podido definir la verdadera alegría de esta manera!
ResponderEliminarBendito seas, Francisco iluminado, por enseñarnos que si nos dejamos guiar y conducir por el Señor, podemos llegar a vivir como ÉL...
violetita caminando...
Cuánta verdad en las palabras de un GRAN SANTO!! Dios los bendiga
ResponderEliminar